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Koan del gato callejero

zen cat koan

Éste es un antiguo Koan Zen que puede ilustrar muchas disputas que tenemos a diario y que vemos en nuestra sociedad, sobre todo en los políticos.

Hace mucho tiempo en China un gato callejero fue vagabundeando hasta llegar al monasterio del maestro zen, Nam Cheon. Unas veces el gato se acurrucaba en el regazo de los monjes que vivían en la residencia del Este, y otras veces se acurrucaba en el regazo de los que vivían en la residencia del Oeste. En vez de ocuparse de cuidar al gato conjuntamente, los monjes del Este y del Oeste se pusieron celosos los unos con los otros.

– Nosotros amamos al gato más que vosotros, así que debería vivir solo con nosotros – decían los del Este.
– Ni hablar, nosotros sabemos cuidarlo mejor; ¡se debería quedar solo con nosotros! – replicaban los del Oeste.

Un día estalló la discusión el salón del dharma, donde los monjes debían estar meditando. Finalmente, el maestro Nam Cheon irrumpió en la sala, agarró al gato y le puso un cuchillo en el pescuezo.

– Monjes -dijo el maestro-, dame un sola palabra de amor verdadero por este gato y lo salvaré; si no lográis hacerlo, lo mataré.

Nam Cheon estaba poniendo a los monjes a prueba. ¿Amaban al gato de verdad o lo único que querían era ganar la disputa? ¿Se harían responsables de su vida o estaban demasiado ocupados con la pelea? Según cuenta la historia, ninguno de los monjes supo hacer o decir nada: lo único que les preocupaba era demostrar que los del otro bando no tenían razón, de modo que Nam Cheon degolló al gato.

Podéis leer más Koans de este estilo en la web Zen Koans Database.

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  1. Si los monjes hubieran encontrado «una sola palabra de amor verdadero» también habrían fallado, ya que no hay palabra que pueda encerrar lo que es el amor de manera auténtica.

    Encuentro este koan demasiado cruel, ni si quiera el karma del maestro se salva al matar a una criatura viviente inocente. No creo que para limpiar la mente haya que secar también el corazón, debemos conservar algo de compasión.

    Pienso que el único «iluminado», el que de verdad practicaba el amor, el verdadero maestro que predica sin palabras, practicando la no-acción fue el gato.

  2. Lo que dices en tu primer parrafo tienes razón. No hay palabras si no una acción, coger el gato.
    Por lo que dices en el segundo parrafo, debes leer otra vez el Koan.

  3. Es un koan muy cruel. No creo que haya sido un hecho real sino ficticio, como muchos otros cuentos e historias zen que más que historias verídicas son situaciones inventadas usadas para producir un choque en la conciencia, algo parecido a las parábolas.