Antes simplemente existían la marcas X ó Y. Pero ahora nos encontramos con un aluvión de marcas diferentes para un mismo producto. La culpa la tiene el dichoso longtail.
Si hace unos años la televisión era la forma más eficaz para transmitir a los consumidores lo que debían comprar (él que ponía más anuncios ganaba), pero ahora las empresas se tienen que esforzar en fidelizar a las usuarios: los mensajes sean reenviados, votados, comentados, valorados y hasta construidos por los usuarios.
Las marcas que usaron los community manager de forma pionera experimentaron una mejora de la percepción de la marca por parte de los nuevos consumidores 2.0 (early adopter, prescriptores de marca, evangelizadores). Todo eso era una ventaja competitiva, pero ahora nos enfrentamos a que todas las empresas quieren tener un community manager y muchos jóvenes 2.0 quieren ser esos conductores del branding de la empresa.
Ya no es una ventaja competiva usar un community manager, si no lo usas te quedas átras parece. Cada vez es más difícil gestionar la reputación de una empresa y los community manager (o los que dicen serlo) que se encuentran a patadas no son tan buenos como los consumidores experimentados que controlan las redes sociales y los canales de comunicación para llegar a más gente.
Interesante esta reflexión de Enrique Dans en Expansión sobre los Community Manager.
Ya hemos consumido la mitad del año 2010 y Marta Kagan, nos regala una nueva presentación de lo que es la saga ‘What the F**k is Social Media’ y ‘What the F**k is Social Media‘.
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