Éste es un antiguo Koan Zen que puede ilustrar muchas disputas que tenemos a diario y que vemos en nuestra sociedad, sobre todo en los políticos.
Hace mucho tiempo en China un gato callejero fue vagabundeando hasta llegar al monasterio del maestro zen, Nam Cheon. Unas veces el gato se acurrucaba en el regazo de los monjes que vivían en la residencia del Este, y otras veces se acurrucaba en el regazo de los que vivían en la residencia del Oeste. En vez de ocuparse de cuidar al gato conjuntamente, los monjes del Este y del Oeste se pusieron celosos los unos con los otros.
– Nosotros amamos al gato más que vosotros, así que debería vivir solo con nosotros – decían los del Este.
– Ni hablar, nosotros sabemos cuidarlo mejor; ¡se debería quedar solo con nosotros! – replicaban los del Oeste.
Un día estalló la discusión el salón del dharma, donde los monjes debían estar meditando. Finalmente, el maestro Nam Cheon irrumpió en la sala, agarró al gato y le puso un cuchillo en el pescuezo.
– Monjes -dijo el maestro-, dame un sola palabra de amor verdadero por este gato y lo salvaré; si no lográis hacerlo, lo mataré.
Nam Cheon estaba poniendo a los monjes a prueba. ¿Amaban al gato de verdad o lo único que querían era ganar la disputa? ¿Se harían responsables de su vida o estaban demasiado ocupados con la pelea? Según cuenta la historia, ninguno de los monjes supo hacer o decir nada: lo único que les preocupaba era demostrar que los del otro bando no tenían razón, de modo que Nam Cheon degolló al gato.
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